Sun Tzu
Si conoces a los demás y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas
correrás peligro;
si no conoces a los demás, pero te conoces a ti mismo, perderás una batalla y ganarás otra;
si no conoces a los demás ni te conoces a ti mismo, correrás peligro en cada batalla.
Una de las historias más conocidas acerca de Sun Tzu, tomada de las Memorias históricas, ilustra su temperamento de la siguiente manera: antes de contratar a Sun Tzu, el rey de Wu probó sus habilidades mandándole convertir un harén de 180 concubinas en soldados. Sun Tzu las dividió en dos compañías mandadas por las dos mujeres favoritas del rey. Cuando el estratega les ordenó girar a la derecha, ellas se rieron. En respuesta, Sun Tzu dijo que el general, en ese caso él mismo, era responsable de asegurar que los soldados entendían las órdenes que se les daban. Reiteró la orden, pero las concubinas volvieron a reír. Ante las protestas del monarca, Sun Tzu ordenó la ejecución de sus dos concubinas favoritas, y explicó que si los soldados entendían las órdenes de su general pero no las obedecían, era culpa de los oficiales. También añadió que una vez que un general era designado, su deber era llevar a cabo la misión incluso ante las protestas del rey. Tras la ejecución de las dos concubinas se eligieron nuevos oficiales para remplazarlas y ambas compañías realizaron sus maniobras sin problemas.
si no conoces a los demás, pero te conoces a ti mismo, perderás una batalla y ganarás otra;
si no conoces a los demás ni te conoces a ti mismo, correrás peligro en cada batalla.
Una de las historias más conocidas acerca de Sun Tzu, tomada de las Memorias históricas, ilustra su temperamento de la siguiente manera: antes de contratar a Sun Tzu, el rey de Wu probó sus habilidades mandándole convertir un harén de 180 concubinas en soldados. Sun Tzu las dividió en dos compañías mandadas por las dos mujeres favoritas del rey. Cuando el estratega les ordenó girar a la derecha, ellas se rieron. En respuesta, Sun Tzu dijo que el general, en ese caso él mismo, era responsable de asegurar que los soldados entendían las órdenes que se les daban. Reiteró la orden, pero las concubinas volvieron a reír. Ante las protestas del monarca, Sun Tzu ordenó la ejecución de sus dos concubinas favoritas, y explicó que si los soldados entendían las órdenes de su general pero no las obedecían, era culpa de los oficiales. También añadió que una vez que un general era designado, su deber era llevar a cabo la misión incluso ante las protestas del rey. Tras la ejecución de las dos concubinas se eligieron nuevos oficiales para remplazarlas y ambas compañías realizaron sus maniobras sin problemas.
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